La contactología es una especialidad de la optometría que se encarga de la adaptación de lentes de contacto sobre la córnea del ojo, para la corrección de defectos refractivos o patologías oculares, corrección de efectos secundarios tras una cirugía ocular, terapias curativas asociadas a tratamientos médicos y también existen diseños que compensan el defecto visual (Ortoqueratología).
Las lentes de contacto conocidas popularmente como “lentillas” son productos sanitarios por lo que están sometidas al control de las autoridades sanitarias y deben venderse en ópticas. Son pequeñas lentes graduadas que se colocan en contacto con el ojo. La lente flota sobre la película lagrimal, permitiendo que ésta circule entre la lente y la córnea posibilitándole la respiración (intercambio de oxígeno con el aire).
Las lentes de contacto funcionan de manera muy similar a las gafas: refractan y enfocan la luz para que veamos los objetos con claridad. Tienen ventajas respecto a ellas, además de ganar en comodidad, muchas personas las prefieren por cuestiones estéticas.
Es importante que el contactólogo controle periódicamente la adaptación y el funcionamiento de sus lentes de contacto. Es un objeto especialmente diseñado para estar sobre el ojo, pero no hay que olvidar que se encuentra sobre una superficie delicada.
Tipos de lentes de contacto.
Los tipos de lentes de contacto que existen actualmente en el mercado a disposición de los pacientes, permiten cubrir, casi por completo, todas las graduaciones y los problemas visuales asociados a lesiones oculares. Existen varios tipos de lentes de contacto:
Recomendaciones para un uso correcto.
El uso de lentillas es una buena opción para obtener una visión precisa y clara, pero no hay que pasar por alto que están sobre una superficie delicada, el ojo. Recomendaciones a tener en cuenta:
- Antes de manipularlas hay que lavar bien las manos, aclararlas bien y secarlas con una toalla que no deje pelusas.
- No excederse en el tiempo de uso recomendado por el especialista.
- No dormir con ellas puestas, salvo las fabricadas expresamente para ello.
- Mantener el ojo hidratado.
- No bañarse ni ducharse con las lentillas puestas.
- Limpiarlas con el líquido indicado para ello, nunca el agua del grifo.
La contactología es una especialidad de la optometría que se encarga de la adaptación de lentes de contacto sobre la córnea del ojo, para la corrección de defectos refractivos o patologías oculares, corrección de efectos secundarios tras una cirugía ocular, terapias curativas asociadas a tratamientos médicos y también existen diseños que compensan el defecto visual (Ortoqueratología).
Las lentes de contacto conocidas popularmente como “lentillas” son productos sanitarios por lo que están sometidas al control de las autoridades sanitarias y deben venderse en ópticas. Son pequeñas lentes graduadas que se colocan en contacto con el ojo. La lente flota sobre la película lagrimal, permitiendo que ésta circule entre la lente y la córnea posibilitándole la respiración (intercambio de oxígeno con el aire).
Las lentes de contacto funcionan de manera muy similar a las gafas: refractan y enfocan la luz para que veamos los objetos con claridad. Tienen ventajas respecto a ellas, además de ganar en comodidad, muchas personas las prefieren por cuestiones estéticas.
Es importante que el contactólogo controle periódicamente la adaptación y el funcionamiento de sus lentes de contacto. Es un objeto especialmente diseñado para estar sobre el ojo, pero no hay que olvidar que se encuentra sobre una superficie delicada.
Tipos de lentes de contacto.
Los tipos de lentes de contacto que existen actualmente en el mercado a disposición de los pacientes, permiten cubrir, casi por completo, todas las graduaciones y los problemas visuales asociados a lesiones oculares. Existen varios tipos de lentes de contacto:
Recomendaciones para un uso correcto.
El uso de lentillas es una buena opción para obtener una visión precisa y clara, pero no hay que pasar por alto que están sobre una superficie delicada, el ojo. Recomendaciones a tener en cuenta:
- Antes de manipularlas hay que lavar bien las manos, aclararlas bien y secarlas con una toalla que no deje pelusas.
- No excederse en el tiempo de uso recomendado por el especialista.
- No dormir con ellas puestas, salvo las fabricadas expresamente para ello.
- Mantener el ojo hidratado.
- No bañarse ni ducharse con las lentillas puestas.
- Limpiarlas con el líquido indicado para ello, nunca el agua del grifo.